Seguro que has oído hablar de lo muy ventajosa que es la dieta mediterránea para nuestro cuerpo y que los que vivimos en esta parte del mundo tenemos una gran suerte. Estos beneficios para el corazón y la salud en general, además, cuentan con un gran sabor para los alimentos.
De todas formas, esta dieta es mucho más que una dieta, representando un estilo de vida. Los beneficios de la dieta mediterránea son evidentes son de lo más interesantes y merece la pena tenerlos en cuenta.
¿Sabemos realmente de que trata la dieta mediterránea?
Ya hablamos antes de que la dieta mediterránea no es realmente una costumbre alimenticia, es un estilo de vida donde se come bien, se hace ejercicio todos los días y disfrutamos del buen clima con el que contamos los países de la esfera mediterránea. Los países que mejor la siguen son España, Italia, Portugal, Malta y Grecia.
Merece la pena hablar también del reconocimiento que ha hecho la UNESCO, que ha dicho que esta dieta es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por los grandes beneficios que supone para la salud, lo que es todo un lujo para nuestro paladar y que está a nuestro alcance.
¿Qué alimentos son los que componen esta dieta?
Algunos de los ingredientes fundamentales en esta pirámide son las verduras y legumbres, fruta, pescado, pasta, salsas para pasta, la carne blanca, frutos secos y el arroz con tomate frito.
Si vamos a la bebida, podemos hablar del fantástico vino que hay en estas tierras, consumiéndolo moderadamente y el alabado aceite de oliva virgen extra, que está presente en las salsas para pasta y con el ácido oleico permite contar con unos elevados nivele de vitamina E y carotenos en nuestro organismo.
La pirámide de la dieta mediterránea
Todos estos alimentos son los que forman parte de esta pirámide, donde hay que tener muy claras las prioridades a la hora de consumirlos:
Como base principal los alimentos de la zona son los principales, pues son próximos a nosotros y por lo general le dan ese sabor casero que es muy apreciado. Todo esto se combina con actividad física todos los días.
El nivel que le sigue es importante: agua o bebidas que se toman como infusiones. En este sentido debe consumirse entre 6 y 8 vasos diarios y alejarse de las bebidas alcohólicas.
El tercer escalón de la pirámide es en el que están las frutas, verduras, aceite, cereal y demás. Lo mejor es tomar entre 1 y 2 piezas de verduras diarias y combinarlo con los diferentes sabores. Una parte que deberá estar presente en la comida principal que hagas.
En el cuarto escalón están los productos que deben tomarse a diario como frutos secos, semillas, ajo y cebolla, que además de ser derivados de la leche, tienen que ser bajos en grasas. Todo esto hace que no tengan que consumirse a la vez, sino de manera moderada.
En las zonas más altas tenemos a alimentos que se pueden tomar una vez a la semana, caso del pescado, marisco, carne roja, carne blanca, carnes que sean procesadas o las patatas.
En la parte más alta están una serie de alimentos que tendremos que tomarlos semanalmente, caso de la carne blanca, el pescado, marisco, los huevos o las legumbres, carne roja, carnes que sean procesadas o las patatas.
Los dos últimos pertenecen a los alimentos que podemos tomar de forma ocasional y frugalmente, caso de los dulces y el complemento del vino (de forma moderada).
El tomate, una de las estrellas
Sin duda, una de las estrellas de la dieta mediterránea es el tomate, que es de las hortalizas que más se consumen en el mundo, siendo bastante rica y un ingrediente que hay que tener muy en cuenta. En Hida, productores desde hace muchos años piensan que mucha gente desconoce que el tomate, además de rico, ayuda mucho a adelgazar, porque unos 100 gramos de tomate llegan a aportar únicamente 18 calorías.
Cuenta con una cantidad importante de agua, a lo que se une la gran riqueza nutricional y un aporte calórico reducido, por lo que se recomienda cuando llega el verano y quizá nuestra actividad física es menor.
El tomate es ligero y refrescante, siendo un antioxidante muy potente merced al licopeno. Este es uno de los fitonutrientes más representativo de los tomares. Es el responsable del color rojo que tiene esta hortaliza, por lo que, a mayor rojo, más cantidad tendrá de licopeno.
Además de proteger la salud de la planta, también cuida de nuestra salud, especialmente del estrés oxidativo, donde ayuda a que se reduzcan los riesgos por enfermedades de carácter crónico, caso de la osteoporosis o las cardiovasculares. Consumir regularmente tomate ayuda a que bajen los niveles de colesterol y triglicéridos.
Otro aspecto que merece la pena conocer es la gran riqueza que tienen en vitamina C los tomates, siendo la fuente principal de este tipo de vitamina en verano con los pimientos. El tomate nos aporta sobre el 40% de lo que se necesita diariamente en cuanto a vitamina C. Esta clase de vitamina es un antioxidante de carácter natural que ayuda a que desaparezcan los radicales libres que causan envejecimiento y multitud de enfermedades.
En el tomate también encontramos la vitamina A que también está en el tomate, de gran ayuda para la mejora de la visión, así como de cara a prevenir la ceguera por la noche y otros temas como la degeneración macular.
Otros beneficios
Muy conveniente cuando se quiere tener una buena digestión, pues debes saber que, como tiene sales orgánicas ácidas. Si queremos también aprovechar la gran cantidad de fibra que tienen los tomates, merece la pena elegir la ingesta del tomate con la piel, sin que haya que pelarlo. El calor lo que hace es intensificar el potencial del licopeno, todo ello debido al gran potencial antioxidante, si lo compramos con el tomate crudo.
Como puedes ver, el tomate merece ser tenido en cuenta por sus grandes beneficios y unas propiedades de las que merece la pena aprovecharse ¿no?