En pleno año 2017 parece mucho más fácil adquirir productos por Internet que hacerlo de manera presencial. Esta situación se repite cada día más y con toda clase de productos. Es lógico. Las nuevas tecnologías le están ganando la partida al modo tradicional de comprar a causa de las facilidades con las que cuentan y que se ejemplifican en una reducción de tiempo.
Uno de los sectores que más se está adaptando a esta nueva sociedad es sin duda el de la moda. Esto también incluye a la moda infantil, a la que en ocasiones se desliga de la moda más ‘formal’ pero que tiene su nicho de mercado y que cada vez está ganando más importancia en la red.
En 2013 monté una tienda física dedicada a la venta de todo tipo de ropa en mi ciudad natal. Tenía la sensación de que un mercado como este sufría menos las consecuencias de la crisis debido a que, independientemente del poder adquisitivo que manejen las personas, éstas necesitan vestirse y quieren hacerlo manteniendo una buena apariencia y un estilo definido.
Sin embargo, durante todos estos años me he dado cuenta de que con la venta de ropa en una tienda física no es suficiente. En estos cuatro años ha crecido una barbaridad el número de personas que compran a través de la red y por ello decidí crear mi propia página web para ofertar en ella una mayor variedad de prendas que tengo en la tienda física. Así podría llegar todavía a una gran cantidad de personas.
Coincidiendo con ello también me había dado cuenta de que necesitaba ampliar el número de prendas para niños de la tienda y mejorar su calidad. La demanda de este tipo de género se había multiplicado con el paso del tiempo y para mí resultaba imprescindible poder ofrecerle a los padres las mejores prendas de vestir para sus hijos pequeños. Además, estaba convencido de que en un futuro próximo esta clase de demanda también se manifestaría a través de la red.
La estrategia estaba pensada, pero no así la empresa en la que debía confiar para adquirir la ropa para niños. Como apuntaba antes, necesitaba una mejora en la calidad de las prendas, algo que me obligaba a cambiar de proveedor. Comencé entonces una búsqueda a conciencia de un nuevo proveedor que me garantizara un acceso a una gran variedad de prendas que cumplieran con unos estándares mínimos de calidad. Mis pesquisas surtieron efecto y dieron por válido el esfuerzo cuando descubrí la página web de Grupo Reprepol.
Una manera de revitalizar mi negocio
Los resultados de aquellos cambios terminaron siendo un auténtico colchón para mi tienda. Contactar con Grupo Reprepol me permitía adquirir, en un máximo de un día o dos, una ropa para niños resistente y de calidad. Eso, combinado con la página web de la tienda, puso al negocio en una posición inmejorable. De hecho, adquirió una popularidad mucho mayor de la que yo hubiese esperado en un principio.
Mis clientes notaron una diferencia abismal. La ropa para niño en oferta llamaba más la atención no solo por su calidad, sino también por el bajo precio al que la vendía, un precio que también estaba condicionado por el escaso valor económico que me había costado adquirir las prendas en Grupo Reprepol. En cuanto a la red, la adquisición de este tipo de prendas se disparó.
Parece ser que el futuro va a seguir ligado a todo cuanto tiene que ver con las nuevas tecnologías y la sociedad global. Internet se ha convertido en una pieza clave para mi negocio y en el futuro tiene pinta de que lo seguirá siendo. La venta presencial de ropa infantil ya no es la única manera de que los padres vistan a sus hijos y en el futuro es posible que incluso deje de existir. Pase lo que pase yo ya tengo un suministrador ideal: Grupo Reprepol. Con su género, mi negocio seguirá vivo.