En España, como en muchos otros países, existe un volumen muy pequeño de empresas muy poderosas y una cantidad ingente de entidades empresariales que son de pequeño tamaño pero que son las que más trabajo generan. Es evidente que estamos hablando de dos mundos completamente diferentes: en uno de ellos, una empresa tiene personal a cargo para prácticamente cualquier labor. Sin embargo, una pequeña empresa tiene muchos más problemas para hacer eso posible. Dispone de pocos trabajadores y, por tanto, tiene la necesidad de delegar en alguna gestoría o asesoría algún que otro tema.
Para las pymes, disponer de esta ayuda es lo que separa la vida de la muerte. Normalmente, una empresa que no puede contar con un abogado propio, por ejemplo, tiene que confiar en alguien externo para asesorarse en temas legales, laborales y fiscales. Si fuera el propio emprendedor el encargado de presentar todas las solicitudes, denuncias y recursos, estamos convencidos de que a esos emprendedores no les quedaría tiempo material suficiente como para que pudieran diseñar la estrategia comercial y de producción de la empresa que dirigen. Y eso, como seguramente ya estéis pensando, supone un problema de enorme calado.
En la web emprendedores.es se publicó una noticia que aseguraba que, en España, existían un total de 67.900 empresas dedicadas a algo relacionado con la asesoría fiscal. Sin duda, somos uno de los países que apuesta en mayor medida por este tipo de negocios. Y es una apuesta realmente inteligente: si existen profesionales que sepan guiar y manejar los asuntos de las empresas que conforman su clientela, buena parte de las entidades del país encontrarán el asesoramiento que requieren para salir adelante y evitar caer en desgracia. Como siempre suele decirse, hay que tener buenos amigos para no andar metido en problemas.
Las gestorías y las asesorías, por tanto, tienen una responsabilidad muy grande para con la sociedad. De sus conocimientos y su profesionalidad depende el futuro de las empresas, y de esas empresas depende el futuro de todas esas personas que trabajan para ella y que llevan un salario a casa cada mes. El trabajo que ejerce una asesoría o gestoría muchas veces no está tan reconocido a nivel social como debería y creemos que reivindicar la importancia de una labor como esta es lo mínimo que podemos hacer para ser justos. El reconocimiento está bien ganado, desde luego.
Una asesoría o gestoría tiene una responsabilidad muy grande en el futuro de las empresas para las que trabaja y, como no podía ser de otra manera, tiene que controlar absolutamente todos los esfuerzos de sus trabajadores a fin de poder ofrecer exactamente eso que su cliente-empresa necesita. Los profesionales de Profiture nos han indicado que las gestorías y asesorías españolas se han tomado muy en serio esta necesidad de ser herramientas útiles para la sociedad y la economía y que esto es lo que les ha hecho invertir una mayor cantidad de dinero en los últimos años en sistemas y softwares de gestión.
La competitividad de las empresas españolas sigue creciendo
No es casualidad que la competitividad de las empresas de este país no esté parando de crecer. No paramos de ver que las grandes empresas de este país están triunfando en los mercados internacionales, pero lo cierto es que las pymes también están siendo cada vez mejores y competitivas. Esa es una noticia excelente y que deja claro que hay muchas cosas que estamos haciendo bien a nivel económico en España en los últimos años. Y eso que el contexto no ha sido precisamente el más indicado para generar noticias positivas a este respecto.
Ese es precisamente el motivo por el cual estamos cada día más cerca de disponer de la productividad de Alemania o los países escandinavos, que son un poco el ejemplo en el que nos miramos todos a la hora de valorar si estamos haciendo bien las cosas o no en términos económicos. Estas son las cosas que deben hacernos sentir orgullosos del lugar en el que vivimos y de lo que venimos consiguiendo de un tiempo a esta parte. Ojalá que tengamos muchos más motivos en el futuro para seguir estando bien orgullosos.
Cuidar de las empresas nacionales es algo que debe ser una prioridad en cualquier territorio. Es la base sobre la que se asienta todo lo demás. Si hay empresas, hay dinero y trabajo para mucha gente y se puede construir un mundo mucho más halagüeño para una población entera. Ese debe ser el objetivo último para cualquier político, empresario y trabajador de cualquier país. Si somos capaces de cumplir con él, seguro que viviremos para ver una sociedad mucho más completa a nuestro alrededor.