Residir en una comunidad de vecinos no es algo que le agrade a todo el mundo. La cantidad de problemas que se pueden desarrollar cuando se vive en comunidad es algo que no gusta y que genera una gran incomodidad entre los vecinos. El Presidente o Presidenta del edificio se encuentra entonces en una situación complicada y que requiere de la ayuda de los mejores profesionales, un soporte que es cada vez más usual encontrar gracias a Internet.
No contar con esa ayuda puede ser fatal para la convivencia en el edificio. Está comprobado que todo el mundo se muestra más cariñoso con aquellos que le rodean si se dan las condiciones óptimas para ello. Condiciones que serán imposibles siempre que existan humedades y demás contratiempos que afecten a dos o más viviendas o a las zonas comunes de la comunidad.
Hace un año y medio encontré un trabajo y conseguí independizarme de mis padres. Aunque no tenía un salario especialmente alto, me daba para alquilar un piso a las afueras de mi pueblo. Ilusionado con la nueva etapa de mi vida que se abría, seguí adelante y me trasladé a uno de esos pisos que me constaban que estaban en alquiler. Veía así cumplido uno de los objetivos más preciados de mi adolescencia: la libertad absoluta.
Pronto me di cuenta de que la experiencia iba a traer consigo algunas dificultades cuya solución tendría que buscar por mi propia cuenta. Concretamente, fui consciente de ello cuando en una de las habitaciones de mi recién estrenado piso apareció una humedad, esa enemiga terrible que todo propietario o alquilado de un piso desea evitar a toda costa.
De inmediato, decidí informar a la propietaria. La humedad tenía importantes dimensiones y, desde luego, daba la impresión de que aquel era un asunto lo suficientemente grave como para que ella estuviera informada de lo que estaba ocurriendo en su vivienda. La mujer me lo agradeció y, de inmediato, llamó al seguro para que enviaran al piso a los mejores profesionales para la reparación de todos los desperfectos que se pudiesen ocasionar.
Al día siguiente llegaron dos muchachos que, después de inspeccionar la humedad y su envergadura, se encargaron de su tratamiento y posterior eliminación. Intrigado, le pregunté a mi casera con qué entidad tenían ella y el seguro acordado colaborar en este tipo de casos y me informó que los dos muchachos trabajaban para Planit Arquitectos Técnicos, una empresa encargada de solucionar algunos de los problemas cotidianos que surgen en cualquier casa y que había conocido a través de Internet hacía algunos años. A nosotros, su colaboración nos iba a resultar definitiva.
Normalidad recuperada en un tiempo récord
Definitiva porque, en solo unos días, la humedad iba a desaparecer del techo, algo que iba a devolver mi vida al estado justamente anterior a la aparición del problema. Todavía más de un año después de aquel problema no ha vuelto a haber signos de humedades en el piso y, aunque aparecieran, tanto mi casera como yo podríamos tomárnoslo con mayor tranquilidad al saber de la existencia de Planit Arquitectos Técnicos. Una ventaja nada desdeñable y que marcaba la diferencia entre una solución efectiva, de calidad, y una chapuza.
Por otra parte, mi casera estaba especialmente encantada con aquella entidad debido al bajo precio al que podía contratar sus servicios. Para ella no había supuesto ningún contratiempo económico grave que hubiese aparecido esa humedad y también podía respirar tranquila si, por desgracia, terminaba apareciendo otra.
En la actualidad, sigo viviendo con total tranquilidad en el piso. En el futuro me gustaría adquirir una vivienda en propiedad, momento en el que seré yo el que tenga que asumir el coste económico de problemas como el de las humedades. Conociendo a una empresa como la que eliminó de raíz aquella humedad estoy bastante más tranquilo en este aspecto. Sólo tendré que entrar en la página web de Planit Arquitectos Técnicos y solicitar ayuda.