Todos los alimentos que compramos han pasado un control de seguridad alimentario previo. La Dirección General de Sanidad y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea cuenta con un Departamento de auditorías y análisis sanitarios y alimentarios.
Los profesionales de SEMARP explican que «el muestreador de carne se utiliza en la industria alimentaria para obtener muestras de carne para pruebas de calidad, análisis microbiológicos, pruebas de textura y análisis de contenido de grasa. Estos dispositivos ayudan a las empresas a garantizar la calidad y la seguridad alimentaria, ya que permiten a los fabricantes y proveedores de alimentos realizar pruebas precisas en las muestras de carne sin tener que sacrificar la pieza completa».
Gracias a los sistemas de muestreo podemos saber las grasas que contienen los alimentos. Muchas veces creemos que estamos comiendo productos saludables, sin embargo, tienen grasas de mala calidad y grandes cantidades de azúcar.
Por ejemplo, muchas personas creen que los palitos de surimi no son saludables, pero los expertos explican que pueden ser una buena opción complementaria para una dieta variada y equilibrada. Son una buena fuente de proteínas y otros nutrientes, como el omega 3, la vitamina B12 y el selenio.
El surimi es una técnica ancestral de conservación de pescado que surgió en Japón. Consiste en extraer los lomos del pescado, que se pican y se lavan varias veces en agua dulce, ya que el objetivo es quedarse solo con la proteína miofibrilar del pescado.
El surimi nació durante el reinado de la emperatriz Jingu. Fue en el campo de batalla, cuando la emperatriz tuvo que buscar una nueva forma de conservar el pescado, para que los soldados ingirieran suficientes proteínas.
«Esta tradición pasó del campo de batalla a las mesas. Los primeros escritos sobre el surimi datan del año 1115 d.C. y, con el tiempo, los japoneses empezaron a incorporarlo a sus dietas. De hecho, tomó tal relevancia como un bien preciado que en el periodo de Heian se usaba como ofrenda, gesto que ha trascendido hasta nuestros días», informa el diario El Confidencial.
El surimi está presente en la gastronomía japonesa. Una de las elaboraciones más populares a base de surimi son los kanikamas, es decir, las barritas de surimi o los palitos de cangrejo. Los ingredientes para su elaboración son surimi, agua, clara de huevo, sal, aceite de girasol y extracto natural de pimentón.
Las barritas de surimi no están hechas de cangrejo, sino que están elaboradas con los lomos frescos del pescado. Muchas empresas utilizan los lomos del abadejo de Alaska, un pescado blanco de la familia del bacalao.
Sin embargo, en España estas barritas son conocidas como palitos de cangrejo. Esta confusión se debe a que en la década de los setenta, el surimi se utilizó para hacer kanikamas, unos palitos que imitaban las patas de los cangrejos Kamchatka (Cangrejo Real).
El kamaboko es otra elaboración hecha a partir de este alimento, se cuece al vapor y, una vez frío, se corta en trozos para usarlo como acompañante en sopas o con tallarines calientes.
El chikuwa es un surimi colocado a lo largo de un palo de bambú y cocinado a la brasa, tiene una textura crujiente y un tono tostado.
Estas dos elaboraciones son desconocidas en España, sin embargo, en nuestro país hay un formato de surimi más habitual, que es el naruto. Se trata de una pequeña lámina redonda y normalmente decorada con una espiral de color rosa que se incluye en los ramen.
El surimi también está presente en los pintxos de Donosti, ya que uno de los pintxos vascos más populares se prepara con palitos de surimi, huevo y mahonesa o salsa rosa.
Este alimento es muy importante en Japón, ya que cuenta con su propio museo: Suzuhiro Kamaboko Museum en Odawara. En este museo los visitantes pueden aprender a elaborarlo en un taller en el que se trabaja la pasta de surimi con la ayuda de una espátula metálica.
En los supermercados de Japón puedes encontrar alimentos elaborados a base de surimi, en forma de rollitos, bolas, con queso e incluso gominolas dulces. Este alimento está presente en bodas y en Año Nuevo.
El surimi es idóneo para mujeres embarazadas, ya que es una forma segura de consumir pescado, sin mercurio, ni anisakis. Las personas celíacas pueden optar por este alimento, porque no lleva gluten.
La revista Sapos y Princesas informa que «dadas sus propiedades y su facilidad de digestión, tanto las embarazadas como otro tipo de personas pueden consumir surimi sin problemas, especialmente si es uno de calidad. Se trata de un alimento nutritivo y seguro que podrás incluir en salteados y ensaladas o acompañar con arroz o pasta».