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Tienda online

Todo lo que puedes comprar en una tienda online.

El comercio online ha acercado aún más la compra a los consumidores. Un solo clic desde tu teléfono móvil, a cualquier hora del día, es suficiente para adquirir el producto o servicio que necesitas. Casi todo se puede comprar y vender en la red, y de diferentes formas.

Más que hacer una lista de productos para comprar en línea, cosa que resultaría interminable, vamos a asomarnos a las distintas formas de vender que ha desarrollado el comercio digital. Algo que es interesante para distribuidores, emprendedores y, cómo no, para nosotros, los consumidores. Muchas veces no sabes quién es el que te está vendiendo los productos.

Los desarrolladores de Comercio Plus, una agencia que lleva más de 20 años asesorando a empresas y ofreciendo servicios de comercio online, afirman que el comercio electrónico ha revolucionado la forma en la que se relacionan las empresas y los consumidores.

Internet ha derribado barreras como la distancia geográfica, el horario comercial y la ubicación física. No es necesario ahondar mucho en este aspecto. Sabemos que una tienda online está abierta las 24 horas del día, los 365 días del año. En España compramos y recibimos en nuestra casa productos que han sido fabricados en el otro extremo del planeta.

Hoy existen cadenas de distribuidores sin tiendas. Auténticos gigantes comerciales. Como Shein, la tienda online china de ropa Low Cost. Operando en 220 países, Shein facturó en el 2.020 un total de 9.750 millones de euros, sin disponer de una sola tienda física. Tan solo contando con algunos almacenes ubicados estratégicamente por todo el planeta en función de sus intereses comerciales.

El comercio en línea no solo beneficia a las grandes empresas. Es un recurso al que pueden recurrir pequeños comerciantes y emprendedores, los cuales pueden aumentar su facturación sin realizar grandes inversiones. Asomémonos un poco a las diferentes posibilidades que nos ofrece este tipo de comercio.

Venta de productos físicos.

Desde el móvil, mientras regresamos en metro del trabajo, podemos encargar la compra de la semana en el supermercado y hacer que nos la lleven a casa a una hora en la que estemos.

Muchas noches estamos tan cansados que no nos apetece ponernos a cocinar. Encargamos desde una aplicación la cena. Las opciones son variadas. No estamos limitados a una pizza o a un menú de comida rápida, como pasaba antes.

El comercio online no se limita a la alimentación, abarca todo tipo de productos. Cuantas horas podemos pasar buscando por internet ese par de zapatillas que necesitamos o la herramienta que nos hace falta para realizar esa tarea de bricolaje que queremos hacer.

Desde luego, tampoco se limita al comercio local. Montse tiene una tienda de ropa en un barrio de Badalona y hace poco ha abierto su tienda online y varios perfiles en redes sociales. Ha recibido pedidos de distintas partes de España e, incluso, de Francia.

Su tienda, como tantas otras del mismo tipo, estaba abocada a cerrar. Ahora la gente compramos la ropa en grandes cadenas como Zara. Montse graba vídeos con las prendas que acaba de recibir y los cuelga en Instagram y en TikTok. En la descripción del video deja un enlace que apunta a su página web. Las ventas de su tienda física siguen siendo mayoritarias, pero el comercio online le ha supuesto una entrada interesante de dinero que no deja de crecer.

Una de las claves del comercio por internet es la especialización. La gente buscamos en Google productos concretos. Si los encontramos a buen precio, nos da igual si se los vende un pequeño comerciante que un gran portal como Amazon.

Venta de productos digitales.

Una de las novedades que nos ha traído el comercio online ha sido la compra de productos que podemos descargar en nuestro ordenador o dispositivo móvil y utilizar en cuestión de segundos. Puede ser ese software específico que necesitamos para trabajar, el E-book que nos apetece leer o el curso de jardinería que queremos estudiar.

Los productos digitales comenzaron siendo un nicho informático, que con el tiempo se ha ido extendiendo a diferentes categorías. Los programadores y desarrolladores se pusieron a vender por internet los productos que ellos mismos realizaban, obteniendo de esta manera una gran aceptación por parte de los usuarios. Para instalar un nuevo antivirus en el ordenador ya no hacía falta que te trasladaras a la tienda de informática. Lo comprabas por internet y se autoinstalaba inmediatamente en el ordenador.

A principios del siglo XXI se hizo popular la piratería por internet. Era la época de plataformas como e-mule. Desde tu ordenador te bajabas el disco de música que querías tener o la película que quería ver y la tenías disponible en el disco duro de la computadora para cuando quisieras. Aquel fenómeno puso contra las cuerdas a discográficas y grandes distribuidoras de cine. La gente ya no comprábamos discos, ni tan siquiera íbamos al videoclub para alquilar películas. Las podíamos conseguir gratis. Tras una virulenta guerra contra estas plataformas, las grandes empresas lograron eliminarlas de internet, pero también cambiaron la forma de vender sus productos. Ahora la gente no compramos discos. Nos descargamos canciones sueltas o las escuchamos en aplicaciones como Spotify saturadas de publicidad en su versión gratuita.

Cualquier producto que se pueda descargar en un ordenador, móvil o tablet es un producto digital y, por tanto, es susceptible de ser vendido. Para los productores y vendedores tiene sus ventajas. El producto a penas ocupa espacio. Lo pueden tener guardado en la nube o en tu ordenador y enviarlo tantas veces como quieran los consumidores. Mientras no se borre, siempre hay existencias. Para los consumidores, la principal ventaja es su adquisición inmediata. No tienes que esperar días para que te lo lleven a casa por mensajería.

Suscripciones.

Esta es una modalidad de servicios que internet ha redimensionado. Ya existía en el comercio tradicional. Si eres autónomo sabes que tienes que pagar una cuota a tu asesoría todos los meses para que te lleve los impuestos del negocio. Hay meses en los que los asesores te prestan un mayor servicio, como cuando tienes que hacer los pagos trimestrales a Hacienda, en otros periodos su actividad es menor, pero todos los meses debes pagar.

Algo parecido sucede con las familias respecto a los seguros médicos. Tú pagas a la compañía todos los meses una cuota, vayas o no al médico privado. Estar al corriente de pago es condición imprescindible para poder beneficiarte de sus servicios cuando lo necesites.

Con internet, las suscripciones se han extendido a una gama amplísima de servicios. Desde plataformas de contenido audiovisual en streaming hasta servicios de consultoría profesional.

Una de las técnicas de marketing de las empresas que venden suscripciones online es que ofrecen una versión gratuita con prestaciones limitadas, para que los usuarios conozcan sus servicios, y una versión de pago más completa para cuando necesites un servicio más profesional.

Hasta los artistas y creadores de contenido han recurrido a las suscripciones y membresías, ofreciendo productos exclusivos para los seguidores que hacen aportaciones económicas recurrentes.

Dropshiping.

El Dropshiping es un modelo de negocio digital en el que el vendedor vende productos o servicios de otros que no tiene en stock. Actúa como si fuera un intermediario, poniendo en contacto al productor con el comprador.

La guía de Amazon señala que de esta forma la venta y entrega del producto se subcontrata a un tercero: el vendedor “Dropshiping”.

El funcionamiento es el siguiente. El vendedor vende un producto en su tienda online. Lo compra inmediatamente al productor y este lo envía a la dirección del cliente. La diferencia entre el precio por el que ha comprado la mercancía y el importe por el que se lo ha vendido al cliente final es donde se encuentra el beneficio.

La inmediatez del comercio online permite que este sistema pueda desarrollarse sin que altere apenas el tiempo de entrega al consumidor. Con este modelo se pueden gestionar tiendas online sin disponer de stock físico. Lo que sí debe asegurarse el vendedor es que trabaja con un productor serio y eficiente.

Marketing de afiliados.

Aunque nos pueda parecer similar al Dropshiping es un modelo de negocio diferente. El afiliado es una empresa o particular que recomienda un producto y se lleva una comisión por cada venta referida.

El consultor de marketing Raúl Maulen subraya en su blog Marketing de Principiantes que a día de hoy el marketing de afiliados genera 17.000 millones de dólares anualmente. Es una de las principales fuentes de monetización para influencers y creadores de contenido en plataformas como YouTube, Instagram o TikTok.

Desde hace 10 años, los llamados SEO nicheros han utilizado este sistema para hacer rentables sus blogs. Se especializaban en un producto muy específico, como podían ser las barbacoas, por poner un ejemplo, publicaban todo tipo de artículos relacionados con este producto y colgaban links de afiliados en sus páginas. Algunos creaban una tienda (galería de productos) en su web, con enlaces a la tienda principal.

Esto es solo una muestra de todo lo que se puede hacer con el comercio online. Un medio que abre todo un universo de posibilidades.

 

 

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