Una auditoría energética es un estudio técnico voluntario de un edificio o de una vivienda en el que los ingenieros detectan los puntos débiles del inmueble en materia de eficiencia energética y proponen soluciones. Aplicando estas orientaciones se obtienen viviendas más confortables y con un ahorro para sus ocupantes en cuento a los gastos de suministro energético (electricidad y gas natural).
Antes de acometer obras por nuestra cuenta para mejorar la eficiencia energética, como cambiar las ventanas antiguas por unas de PVC o colocar paneles solares en el tejado, es interesante encargar una auditoría energética para detectar los problemas de la vivienda. A lo mejor los muros de tu vivienda tienen un aislamiento térmico insuficiente, y cambiar las ventanas es solo un parche que no resolver el problema.
La mejora de la eficiencia energética en nuestro país es una necesidad. Más de la mitad de las viviendas en España tienen más de 40 años de antigüedad. En el momento en el que se construyeron no había materiales de construcción tan eficientes (energéticamente) como los que se utilizan hoy.
No es un problema de que estuvieran mal construidas o de que se utilizaran materiales de baja calidad. Simplemente, la tecnología aplicada a la industria de la construcción era limitada si la comparamos con la actualidad.
Como consecuencia de ello tenemos viviendas que consumen mucha energía. Que cuesta calentarlas en invierno, porque el calor se pierde por deficiencias estructurales del edificio y que en verano tenemos que gastar mucho en aire acondicionado para que sean confortables.
Ahora es el momento de mejorar la eficiencia energética de los hogares. Programas nacionales como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que aprobó el gobierno en el 2021, se va prorrogando año tras año, ofreciendo interesantes subvenciones para que los propietarios acometan las reformas necesarias.
¿En qué consiste la auditoría energética?
Los ingenieros de Elemar Ingenieros, una oficina técnica de Alicante especializada en la redacción de informes y en la dirección de proyectos para mejorar la eficiencia de los edificios, opinan que con las auditorías energéticas, los propietarios tienen una visión más clara sobre las deficiencias reales de sus viviendas y de las opciones que tienen para resolverlas.
Luego, con el informe en la mano, pueden decidir qué acciones llevan a cabo, y si las acometen ya o las dejan para más adelante.
En una auditoría energética se evalúa el histórico del gasto energético del edificio o de la vivienda. El consumo acumulado y detallado, visto en un periodo largo de tiempo, de electricidad, agua y gas.
Se analiza el estado de los equipos e instalaciones: Circuitos de agua, electricidad y gas; funcionamiento de calderas, equipos de aire acondicionado, nivel de aislamiento térmico del edificio (en general) y de las viviendas (en particular), etc.
Se detectan patrones de consumo. Es decir, los periodos del año o las circunstancias concretas en las que se dispara el consumo energético. Y por supuesto, se recoge la opinión de los ocupantes de las viviendas, a través de entrevistas, para conocer su opinión sobre el confort de las mismas.
Todo esto se hace con instrumental técnico debidamente calibrado, y partiendo de las directrices que marca la normativa nacional y comunitaria.
La realización de una auditoría energética sigue un proceso determinado. Todo comienza con la recogida de datos, muchos de ellos sobre el terreno. Después, los ingenieros los analizan y emiten un diagnóstico. A partir de ahí, presentan una serie de propuestas para resolver los problemas detectados. Toda la información se recoge en un informe que se entrega al propietario o interesado que ha encargado la auditoría.
Los beneficios de la auditoría para vecinos y propietarios.
La auditoria es una herramienta bastante útil para las personas que viven en las viviendas que se han analizado. Aparte de dar conciencia y claridad, aumentará su calidad de vida. Estas son algunas ventajas que se derivan de la auditoría energética:
- Reducción de la factura de la luz y el gas. El informe identifica los puntos de consumo excesivo y propone mejoras (aislamiento de la vivienda, calderas eficientes, iluminación LED, etc.), lo que permite ahorrar dinero mes a mes.
- Aumenta el confort y el bienestar. Una vivienda mejor aislada mantiene la temperatura interior más estable, evitando corrientes de aire, humedad o exceso de calor, lo que se traduce en mayor comodidad para los que la habitan.
- Revalorización del inmueble. Un edificio con buena eficiencia energética incrementa su valor en el mercado inmobiliario, algo especialmente relevante a la hora de alquilar o vender una vivienda.
- Acceso a ayudas y subvenciones públicas. Contar con un diagnóstico energético realizado por profesionales, facilita bastante la solicitud de ayudas públicas y subvenciones para acometer las obras de mejora y rehabilitación.
- Cumplir con la normativa. La auditoría, por lo general, vela porque la vivienda o el edificio cumplan con la legislación en materia de eficiencia energética, evitando sanciones y asegurando un uso responsable de la energía.
- Detección de problemas ocultos. La auditoría puede descubrir deficiencias no visibles a simple vista, como fugas térmicas, puentes térmicos o un mal rendimiento de sistemas de calefacción y refrigeración. Cuestiones de la que los propietarios puede que no sean conscientes.
- Fija las prioridades. El informe propone mejoras ordenadas según su rentabilidad y rapidez de amortización, lo que ayuda a vecinos y propietarios a decidir dónde invertir primero.
- Menor impacto ambiental. Al consumir menos energía, se reducen las emisiones de CO₂ y otros contaminantes, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
- Mayor vida útil de instalaciones y equipos Un uso más eficiente de sistemas de climatización, calderas o electrodomésticos disminuye su desgaste y alarga su vida útil.
- Cambio de hábitos. La auditoría puede ofrecer consejos prácticos para los habitantes de la vivienda, para reducir su consumo energético y hacer un uso más responsable de la energía. Como ventilar mejor la casa, programar la calefacción para unas horas concretas, usar electrodomésticos como la lavadora, en horas donde la electricidad es más barata, etc.
Acciones para mejorar la eficiencia energética.
Desde luego, si nos decidimos a encargar una auditoría de este tipo, el informe nos sugerirá una serie de propuestas concretas adaptadas a la realidad de la vivienda. De todas formas, para hacernos una idea de en qué consisten, el blog del banco BBVA señala que estas acciones se clasifican en tres grandes grupos:
- Aislar correctamente la vivienda. En la base de la eficiencia energética está el aislamiento térmico de la vivienda. La capacidad que tienen los elementos de separar la temperatura del interior, de la que se da en el exterior. Un buen aislamiento térmico mejora el confort de los habitantes y reduce un mínimo de un 30% el consumo de energía.
- Disponer de sistemas de climatización eficientes. El 50% del gasto energético de una vivienda lo consume la climatización. Es decir, calentar la casa en invierno, y enfriarla en verano. Por eso los picos más altos de consumo de electricidad en los hogares suelen coincidir con los meses más fríos y con las olas de calor. En este sentido, disponer de equipos de calefacción y de ventilación o aire acondicionado, que sean efectivos, pero que consuman poca energía es clave. En este apartado, también hay que tener en cuenta el uso responsable que hacen de los equipos los habitantes de la casa.
- Utilizar electrodomésticos de bajo consumo eléctrico. Aunque hagamos todas estas obras, si en casa seguimos utilizando una lavadora con más de 10 años de antigüedad y con una clasificación energética C o D, no lograremos reducir todo lo que nos gustaría el consumo energético. En este sentido, es recomendable sustituir nuestros electrodomésticos por unos de consumo ECO, con clasificación A+, A++ o A+++.
Ayudas públicas.
Acometer estas acciones representa un gasto para las familias. Sin embargo, lo bueno de la situación actual es que hay políticas estatales que fomentan la eficiencia energética. Ofreciendo ayudas públicas de las que se pueden beneficiar los ciudadanos. El blog Habitaro nos presenta las que están vigentes para el 2025. Estas son algunas de ellas:
- Programa PRE-5.000. Esta es una ayuda nacional que gestiona las comunidades autónomas y que va dirigido a la rehabilitación de edificios en municipios con menos de 5.000 habitantes. Si las reformas efectuadas en estos edificios representan un ahorro de un mínimo del 60% del consumo energético, las administraciones subvencionan hasta el 80% del gasto total de las obras.
- Ayuda de la mejora de la eficiencia energética de las viviendas. Cualquier obra que se realice para mejorar la eficiencia energética de una vivienda (cambio de ventanas, mejora del aislamiento, etc.) se puede beneficiar de una subvención de entre el 40 y el 80% del presupuesto en función del ahorro energético alcanzado. Estas subvenciones van desde los 6.300 € hasta los 18.800.
- Exenciones fiscales. Otro punto interesante es que el gasto en estas obras se pueden deducir entre un 20 y un 60% en la declaración del I.R.P.F.
Sin duda este es el momento adecuado para encargar una auditoría energética y emprender las reformas pertinentes.


