En nuestro país hasta no hace demasiados años se construían en todas las ciudades de nuestra geografía un sinfín de inmuebles que dieron lugar a una burbuja inmobiliaria que acabó explotando, pero a través de la cual se crearon también miles de puestos de trabajo que eran el sustento de muchas familias de clase media españolas. Este boom llegó a puntos tan inimaginables como que de la noche para la mañana aparecían grandes residenciales como Seseña en Toledo o Marina D’or en Castellón, lugares que hoy, tras la crisis, no han logrado ver su construcción finalizada por completo debido a la escasez de compra de viviendas que tenemos. En algunas de estas construcciones que se hacían por España adelante, en ocasiones se descuidaba la seguridad lo que producía accidentes que con la formación clave y productos de máxima calidad como los ofertados por Soluciones técnicas se habría minimizado al máximo.
Os hablamos sobre este tema, el de la construcción, en el post de hoy puesto que a él en España se dedican aproximadamente un total de 600.000 trabajadores, prácticamente una cuarta parte con respecto a los años anteriores a la crisis cuando se contabilizan unos dos millones de empleados, a los que debemos de sumar los empleados de compañías auxiliares y proveedoras y que hacen que éste sea uno de los sectores económicos principales de nuestro país, por lo que a continuación os mostraremos algunas de las claves para poder desarrollar el trabajo de la mejor y más segura manera posible con el fin de evitar accidentes que nos puedan obligar a coger una baja, tener que dejar el empleo o lo que es peor, perder la vida en el desempeño de nuestras funciones contractuales.
Como os adelantamos, no hace muchos años en nuestro país se construía gran cantidad de obra nueva lo que propiciaba que muchos de los trabajadores descuidasen su seguridad en beneficio de acabar el trabajo con mayor velocidad para así poder desplazarse a realizar otra edificación y obtener unos ingresos mayores cada mes. Estas malas prácticas a menudo provocaban que se sufrieran accidentes laborales derivados de no usar los equipos de protección individual, así como de tener una mala formación en cuanto a prevención de riesgos puesto que como se necesitaba un gran número de mano de obra, no se reparaba en formar a los empleados. Actualmente por suerte, este problema se ha ido eliminando paulatinamente, en parte debido a que se construye menos que antes, pero también porque por parte de las administraciones y empresarios se ha dado un gran paso adelante a favor de la seguridad en el entorno laboral y es por esto por lo que, hoy en día, ya nos resulta extraño ver a un operario sin casco o sin un arnés que en un momento dado le pueda salvar la vida por una mala caída. Además, no solo se ha avanzado en lo que a protección individual se refiere, ya que como os decimos, los empresarios también han puesto de su parte aportando nuevas soluciones de seguridad para todos sus trabajadores como la instalación de vallas que cerquen todo un perímetro peligroso o mallas que rodeen los edificios y que, en caso de caída, amortigüen las consecuencias para el obrero. La administración también se ha implicado en reducir los riesgos, implantando cursos de formación laboral y prevención de riesgos que conciencien a los empleados de los riesgos que pueden sufrir si no desempeñan su trabajo con seguridad.
El futuro del sector de la construcción
Al igual que sucede en muchos otros sectores económicos actuales, los constantes cambios propiciados por el avance de la tecnología están haciendo que transformemos nuestra forma de trabajar, diseñar e incluso construir y aunque creamos que esto ocurrirá a medio o largo plazo, la verdad es que ya se está llevando a cabo esta nueva revolución industrial. Por centrarnos en el tema que nos compete, el de la construcción, el cambio pasa por diseñar los inmuebles mediante un software que nos permita ver la recreación a través de una realidad virtual para a continuación, al dar el visto bueno al proyecto, pasemos a fabricarlo mediante impresoras en tres dimensiones que en pocas horas nos tendrán hecha realidad nuestra idea, con lo que ahorraríamos en empleados y materiales, hecho que supondría un drástico descenso de los precios así como también tendríamos que prever un nuevo desembolso, el derivado del transporte del inmueble a su ubicación final o el del traslado de la impresora al sitio concreto en el que debe imprimir. En cualquier caso y aunque todavía veamos su estandarización como algo lejano en el tiempo, el futuro de la construcción pasará por estas nuevas técnicas constructivas.