Mientras la temperatura global rompe récords históricos, la economía verde deja de ser opción para convertirse en imperativo empresarial. La Agenda 2030, respaldada por 193 países, no es un mero manifiesto ambiental. Es la hoja de ruta para redefinir el desarrollo económico ante una crisis ambiental, social y económica.
Este modelo busca resolver una paradoja histórica: ¿Cómo crecer económicamente mientras se repara el daño acumulado desde la revolución industrial? La respuesta radica en colocar a las personas y al planeta en el centro, como ejes de un sistema donde tecnología, políticas públicas y reinvención empresarial convergen para minimizar los daños.
¿Qué es la economía verde?
La agenda 2030 es un plan de acción global con el objetivo de transformar el mundo en un lugar más sostenible y próspero, reduciendo el daño que le hemos causado al planeta a lo largo de la historia, principalmente con el desarrollo industrial.
Basándose en consensos internacionales y políticas internas de cada país, el desarrollo sostenible apunta a un cambio de enfoque, de tal forma que se puedan resolver tanto los problemas económicos como los sociales, poniendo a las personas en el centro del debate.
Las empresas modernas buscan actualizar sus tecnologías desde un enfoque que reduzca el impacto ambiental y mejore la calidad de vida.
A raíz de estos acuerdos, la economía verde busca el desarrollo sostenible para minimizar el impacto ambiental. Tanto en energías renovables (solar y eólica), como en tecnologías innovadoras, empresas de todo el mundo están reduciendo sus emisiones y, además, obtienen beneficios económicos y de reputación. Desde El instituto de energías renovables, se alienta a las empresas con ventajas en el ahorro de energía, dado que el coste de electricidad procedente de la energía solar se redujo un 82% desde el 2010.
Además, muchos gobiernos ofrecen créditos fiscales, devoluciones y subvenciones para incentivar la adopción de energías renovables por parte de las empresas, compensando así los costes iniciales de instalación.
El Pacto Verde Europeo
Desde el 2019, la comisión europea lanzó oficialmente el Pacto Verde Europeo, mejor conocido como GREEN NEW DEAL, con el que marca una hoja de ruta para convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro. Este ambicioso proyecto busca llegar al año 2050 alcanzando un balance neto cero entre emisiones y absorción. Desde su blog de mentorías para empresas sostenibles, Toni Sánchez nos explica los principales puntos de este tratado:
- Reducción de Emisiones: Disminución de, al menos, un 55% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con los niveles de 1990.
- Energía Limpia: Descarbonizar el sector energético, promoviendo el uso de energías renovables, como la solar y la eólica.
- Transporte Sostenible: Promover el uso de vehículos eléctricos y mejorar la infraestructura de transporte público.
- Edificios Eficientes: Mejorar la eficiencia energética de los edificios existentes y promover la construcción de nuevos edificios que consuman menos energía.
- Agricultura Sostenible: Promover prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental y mejoren la biodiversidad.
- Protección del medio ambiente y los océanos: Preservación y protección de mares, océanos y del medio ambiente.
- Innovación y Tecnología: Desarrollo de tecnologías respetuosas con el medio ambiente
Con la mirada puesta en el futuro, el desarrollo que propone el Pacto Verde Europeo no solamente se plantea una mejor calidad de vida para el medio ambiente, sino también para la sociedad en su conjunto. Se busca, con el cambio de enfoque, crear nuevos empleos, estimular la innovación y promover una transición equitativa para todos los individuos.
Se puede entender, entonces, la forma en que, tanto a escala global como en el ámbito de la Unión Europea, se está trabajando para conseguir un cambio considerable en nuestra forma de relacionarnos con el medio ambiente, empezando por el desarrollo de las grandes empresas y los cuidados a gran escala. Para ello, es importante conocer la forma en que un negocio puede encontrar oportunidades en este cambio de paradigma.
La transición hacia una economía verde implica, como explican en los informes de Celcia, redefinir modelos y políticas económicas con el objetivo de crear un equilibrio entre el desarrollo económico y el impacto ambiental. En el caso del plan de acción europeo se ha conseguido, no solo limitar el impacto ambiental, sino también reducir la dependencia de combustibles fósiles, lo que ha mejorado la salud y el bienestar de las personas.
¿Cómo desarrollar una empresa sostenible?
La Economía Verde y el “Green New Deal” proponen un llamado a la acción para toda la sociedad. Una oportunidad única para transformarnos y proteger el planeta, con enfoques modernos que buscan cambiar el eje hacia nuevos valores que le prestan una mayor atención a la ecología. La aplicación práctica de estos principios, es documentada por expertos como el mentor Toni Sánchez, quien facilita a los nuevos empresarios las claves para transformar su negocio en un modelo ejemplar de sostenibilidad. Aconseja la evaluación del impacto ambiental y la eficiencia energética; el uso de materiales sostenibles; fomentar la reutilización y el reciclaje y también un ambiente laboral inclusivo y diverso.
Desde el impacto ambiental, social y tecnológico hasta la responsabilidad empresarial, podemos ver ejemplos de grandes empresas como la reconocida Tesla, pionera en vehículos eléctricos, o Interface, empresa líder en pisos modulares, que ha adoptado una política de economía circular, desde la cual reutiliza materiales y elimina residuos.
Se propone utilizar los Objetivos de Desarrrollo Sostenible como hoja de ruta para desarrollar estrategias y demostrar compromiso, ya que estas proporcionan un marco global de acción, que facilitan la contribución de las empresas a los objetivos globales.
La transparecía y la ética en el ambiente laboral, son formas en las que una empresa puede aportar al desarrollo desde un lugar que va más allá del beneficio económico. Involucrar a todo el equipo y promover la educación, el compromiso y la sensibilidad sobre la sostenibilidad, hace que el ambiente laboral se desempeñe con un mayor compromiso, cambiando no solo los métodos de acción, sino también el sistema interno de la empresa.
Un nuevo mundo es posible
Un nuevo mundo no es una utopía, es un escenario al que muchas empresas están optando por construir. El plan de acción para el cuidado del medioambiente se extiende desde lo micro, como es el reciclaje dentro del hogar, hasta lo macro, como puede ser la reutilización de esos materiales reciclados.
Desde el programa Agenda 2030 hasta casos de Iberdrola (líder en renovables), se pueden encontrar patrones de que la sostenibilidad genera ahorros tangibles, lo cual fomenta a otras empresas a ser parte del cambio. Las políticas gubernamentales aportan a la transformación desde beneficios empresariales, pero también conciencian y dejan ver las ventajas naturales, como puede ser el ahorro en el gasto energético.
Asimismo, se busca también que el impacto no sea solamente ambiental, sino social. La inclusión y el bienestar de las personas es clave para las nuevas políticas de sostenibilidad, lo que hace pensar que, si las nuevas estrategias como la agenda 2030 y el “Green New Deal”, cumplen sus objetivos de la forma en que los tienen pactados, podemos estar cerca de una nueva forma de relacionarnos con el planeta.


