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La financiación no bancaria gana adeptos

Las empresas españolas y las de buena parte del mundo están sufriendo todavía los efectos de una crisis, la del coronavirus, que ha tenido una influencia muy grande a la hora de enfrentar al día a día en el seno de estas entidades. Ni que decir tiene que el confinamiento inicial, sumado a las restricciones posteriores, ha hecho que el comercio mundial se haya resentido de un modo descomunal. No cabe duda de que, para levantarnos después de esta serie de golpes, tenemos que colaborar entre todos. Si no, está claro que nada volverá a ser como antes.

Son muchos los negocios que han tenido que cerrar sus puertas como consecuencia de todo lo que hemos venido comentando en el primer párrafo. Pero, como bien sabéis, la pandemia todavía no ha desaparecido, por lo que bien podríamos decir que, en caso de que las empresas no se anden con cuidado, todavía corren riesgos, muchas de ellas, de desaparecer. Especialmente las que son de un tamaño medio o pequeño. Y esas empresas, por cierto, son las que más trabajo generan. Imaginaos las consecuencias económicas en una sociedad que viera a sus pymes mutiladas o desaparecidas. Estaríamos en serios problemas.

Vamos a analizar un par de noticias que advertían de los problemas que aventuraba el Banco de España para las pymes de nuestro país. La primera es de noviembre del año 2020 y se publicó en la agencia de noticias Europa Press. Aseguraba que el Banco de España preveía un déficit de liquidez que afectaba al 68% de las empresas de nuestro país. La entidad pedía inyecciones directas de capital y la verdad es que no era para menos. Y eso que vivíamos solo la segunda ola de la pandemia. Ya llevamos seis, nada más y nada menos. Imaginaos cómo deben estar las empresas de este país después de tantas malas noticias.

En febrero de 2021 estábamos saliendo de la tercera ola, pero el Banco de España seguía advirtiendo de los problemas a los que se enfrentaban las empresas de este país. El diario Expansión se hizo eco de ello con una noticia en la que aseguraba que el propio Banco de España advertía que el 40% de las empresas españolas estaban pasando por problemas financieros. Desde luego, quedaba bastante claro que seguíamos pasando por un momento complicado y que las empresas, especialmente las pymes, necesitan todo el apoyo que esta sociedad les pueda brindar.

Ante las dificultades que están teniendo las empresas de pequeño o mediano tamaño en España, la sociedad debería ser capaz de aportar soluciones. Y lo cierto es que, en muchas ocasiones, eso no es fácil. Los bancos están concediendo menos créditos que nunca y eso condiciona, y mucho, el día a día de las empresas. Los profesionales de Findango Finance nos han indicado que hay más empresas que nunca en España que necesitan un préstamo y que buena parte de esas entidades han apostado por solicitarla a entidades que ofrecen una financiación no bancaria de manera online.

Lo que está claro es que lo que no podemos permitir es que dejemos caer a empresas en nuestro país por el simple hecho de que los bancos tradicionales no concedan créditos o le faciliten las cosas a las entidades más pequeñas y vulnerables. Lo cierto es que eso no es solo perjudicial para nuestra economía, sino que, además, es injusto. Y más teniendo en cuenta, como antes apuntábamos, que las pymes son las entidades que más puestos de trabajo generan en todo el país. Proteger a estas empresas es algo que, desde luego, nos tenemos que grabar a fuego.

Cuantas menos empresas queden, peores son las condiciones para los clientes

Es una cuestión que responde al comportamiento habitual del mercado. Si las empresas desaparecen y ahora quedan cinco empresas dentro de un sector donde antes había diez, será mucho más fácil que aparezca un oligopolio y que las condiciones que les quedan a los clientes sean mucho peores. No cabe la menor duda de que hay que hacer todo lo posible para que proliferen todos los sectores para evitar comportamientos que puedan molestar, impacientar o hacer que los clientes tengan que pagar más por menos o por una calidad peor.

Estamos seguros de que las empresas españolas van a reflotar después de estos momentos tan difíciles. Desde luego, está claro que poco a poco lo vamos a ir consiguiendo merced al gran esfuerzo que se está haciendo desde empresas que ofrecen una financiación no bancaria. Este es un buen modo para que pequeñas y medianas empresas encuentren su manera de crecer. En otros países, como Estados Unidos o Japón, esta manera de proceder ha proporcionado muchas ventajas a entidades pequeñas. Hay que seguir su modelo.

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