Casi todos los que conducimos habitualmente hemos sufrido un accidente conduciendo. A veces porque nos descuidamos, y en la mayoría de las veces porque alguien nos golpea. También están aquellos casos en los que la columna se mueve espontáneamente y golpea la carrocería de nuestro vehículo. Hay un sinfín de situaciones por las que podemos tener un accidente.
Aquellos que hemos tenido un accidente, aunque sea grave, conocemos lo mucho que cambia nuestra perspectiva sobre la seguridad. En mi caso tuve un accidente en cadena, es decir los accidentes en los que debido a un accidente se producen otros. Suelen ser habituales en vías con gran densidad de tráfico, y sobre todo en atascos.
Hay unas pautas que se deben de seguir tras un accidente. En primer lugar, es avisar a la autoridad, por autoridad entendemos a la policía o a la Guardia Civil, ya que su atestado será fundamental de cara a la reclamación.
En segundo lugar, y en el caso de que existan lesiones, hay que llamar a la asistencia sanitaria, quienes proporcionarán la primera asistencia médica, y nos entregarán un informe médico, importante de cara a establecer el daño (aunque las aseguradoras en la mayoría de los casos te llevaran a sus propios médicos).
En tercer lugar, hay que recabar los datos del conductor y del vehículo que ha ocasionado el accidente, a ser posible: nombre y apellidos, NIF, marca, modelo, matrícula, y por último es muy importante apuntar el nombre de la compañía de seguros o el número de póliza. También ayudará mucho de cara a un posible proceso de reclamación solicitar el nombre y datos de contacto de los testigos, quienes tendrán que ser llamados a declarar por el juez.
En cuarto lugar, es el momento de reclamar. Desde el 1 de enero de 2016 hay que dirigir la reclamación por las lesiones sufridas a la compañía de seguros del causante del accidente en primer lugar, entregando toda la documentación justificativa de los daños físicos y materiales. La compañía aseguradora nos ofrecerá una cuantía indemnizatoria, normalmente más baja que la que legalmente corresponde. Si las negociaciones no llegan a buen puerto, siempre queda la vía judicial. Para acudir a esta se aconseja llevar informes periciales que determinen los daños, aunque sobre esto último se han escrito ríos de tinta.
Ahora hay que arreglar el coche
En muchos casos los desperfectos suponen unas simples abolladuras, pero en otros es necesario hacer complejas reparaciones mecánicas, y de chapa y pintura. Y en estos casos siempre es conveniente tener a mano a alguien en el que confiar las reparaciones.
En mi caso siempre confío en Talleres Autobabel, un taller en Alicante con más de treinta y seis años de experiencia en el sector, y con un objetivo claro, logar la satisfacción del cliente. Cuentan con una distinguida clientelas de compañías de seguro, particulares, flotas de renting y empresas. Además, el personal que compone el taller se diferencia por tener una formación y capacitación que garantizan la profesionalidad de todos los servicios que ofrece.
En conclusión, en caso de un accidente siempre es conveniente seguir unas pautas, estas pautas nos ayudaran a justificar los daños y perjuicios del accidente que hemos sufrido. También necesitaremos un taller para arreglar nuestro vehículo, en este caso Talleres Autobabel, es nuestra mejor opción por su experiencia, profesionalidad, rapidez y eficacia de sus servicios.
