Ha sido muy importante que todos los negocios hayan aportado su granito de arena contra la pandemia que nos viene afectando desde hace ya año y medio. Nos hemos encontrado en una situación bastante complicada aunque ya estemos viendo la luz al final del túnel y lo cierto es que se ha requerido de la ayuda no solo de sanitarios, transportistas y trabajadores y trabajadoras de supermercado, que son los que han obtenido mayor reconocimiento (y más que merecido, por cierto) a lo largo de los peores meses de la pandemia.
Uno de los objetos que ha sido clave a lo largo de todo este tiempo ha sido la mascarilla, que se ha convertido en la primera y principal barrera ante la expansión de la pandemia. Desde luego, está claro que se han evitado, gracias a ella, miles y miles de contagios y de muertes. Si la situación ya ha sido demoledora de por sí, imaginaos a lo que podría haber llegado si no hubiésemos podido disponer de las mascarillas para protegernos. Lo cierto es que la catástrofe hubiera adquirido dimensiones que habrían sido mucho más que preocupantes. Muchas personas no seguirían a nuestro lado.
La venta de mascarillas creció de un modo exponencial incluso durante las semanas previas al confinamiento. Es lo que asegura una noticia que fue publicada en El Correo Web. En concreto, se había disparado esa venta en un 252% antes del 13 de febrero de 2020. La alerta por el coronavirus ya planeaba sobre los hogares de los españoles y nadie quería quedarse atrás en lo que respectaba a ese asunto. Por suerte, la producción creció rápido en el interior de nuestras fronteras y, gracias a ello y a pesar de unos primeros momentos de incertidumbre, se pudo garantizar el uso de mascarillas para todos y todas.
Con la pandemia ya iniciada, la producción de mascarillas emergió como una de las actividades más potentes de todo el territorio. Así lo hizo constar una noticia de El País en la que se indicaba que se estaban fabricando dos millones de mascarillas al día en España en agosto de 2020. La producción nacional anterior a la pandemia era, por cierto, de 100.000 unidades al día. Como veis, tuvimos que multiplicar por 20 ese número para dar cabida, en la medida de lo posible, a cuantas más personas mejor en lo que respecta a la protección ante el virus.
La producción de mascarillas ha sido una de las actividades clave en lo que respecta al último año y medio para evitar todos los problemas derivados de la pandemia. Los profesionales de Indago nos han transmitido que, desde incluso antes de que se decretara el Estado de Alarma en España, momentos en los que empezábamos a ver con preocupación el aumento de casos de coronavirus en el interior de nuestras fronteras, las empresas empezaron a solicitar maquinaria relacionada con este asunto. Y hubo algo a destacar en todo esto: las solicitudes por Internet fueron el modo elegido por las empresas productoras para solicitar la maquinaria porque sabían de sobra que este es el método para obtener los productos solicitados de una manera mucho más rápida.
Una producción que va a seguir siendo alta
Es cierto que estamos encontrando la manera de hacer que la pandemia reduzca su incidencia. La vacuna ha sido un paso fundamental para ello, no cabe la menor duda. Pero está bien que no nos olvidemos de que, a pesar de ello, el coronavirus sigue estando aquí. Ese es el motivo por el que creemos que las mascarillas van a seguir siendo útiles a corto plazo y por lo que pensamos que su producción va a seguir siendo alta.
La pandemia debe servir para darnos cuenta de algo que es realmente importante: que la salud está por encima de todas las cosas. Y también debe servir para valorar lo importante que es la industria. Gracias a esa industria es como hemos conseguido que la producción de mascarillas alcanzara a ser tan tremenda casi como para cubrir toda la necesidad de nuestra población. Y así también es como conseguimos que el abastecimiento estuviera garantizado en nuestros supermercados durante las fases más duras de la enfermedad.
Todavía tenemos varios meses de lucha contra el coronavirus. Conviene no bajar la guardia y seguir teniendo a mano una mascarilla que pueda evitar que nos contagiemos e, incluso, que muramos. Ya sabéis que todavía sigue habiendo gente ingresada en hospitales a causa de este peligro. El objetivo es que lo evitemos tanto como nos sea posible. Y para ello, la producción de mascarillas seguirá siendo una de las mejores armas de las que podemos disponer. Siguamos utilizándola y antes de que nos demos cuenta habremos alcanzado la total normalidad.