Cuando se es jefe de una empresa o compañía, la cabeza anda siempre en funcionamiento. Estamos pendientes de una llamada, de los empleados, del cobro y el pago de nuestras obligaciones, del análisis de nuestro mercado…e, inevitablemente, en algunas ocasiones nuestro cerebro expulsa otros aspectos que también resultan importantes, como por ejemplo el de mantener nuestro entorno limpio y agradable.
Hacer esto último es fundamental para garantizar la comodidad de todo el personal de la empresa. Está comprobado que cuando todo está limpio, ordenado y recogido es más fácil desempeñar nuestras tareas y por ende será también más fácil realizar un trabajo de calidad, que sea del agrado de nuestros clientes y que nos permita mantener muy alta la estima hacia la compañía.
Pues bien, con este tipo de cuestiones hemos tenido problemas en mi empresa. Desde hace algunos años trabajo en un periódico de corte provincial en la ciudad de Cádiz, donde conseguí tras algún tiempo el puesto de director adjunto. Desde bien pronto me empecé a dar cuenta del descontrol y el caos que provocaba el no tener contratado un servicio de limpieza, algo a lo que el director principal del periódico se negaba argumentando que supondría un despilfarro de dinero. La redacción se encontraba manga por hombro, y eran los propios redactores los que se tenían que encargar de mantener limpio el lugar, en muchas ocasiones sin contar con los productos adecuados.
Muchos de esos redactores se comunicaban conmigo para hablar de la situación y que se la trasladara al director, cosa que yo hacía con mucho gusto porque compartía sus opiniones. Sin embargo, no tenía éxito a la hora de intentar convencerle para contratar a alguien que mantuviera limpia la redacción.
Hace unos meses, el director encontró trabajo en un periódico de mayor entidad y se marchó a vivir a Madrid. Por suerte, fui nombrado como director principal del periódico y la primera cuestión que incluí en mi programa de dirección fue la de contratar un servicio de limpieza para garantizar la comodidad de todos. Comencé a mirar en Internet empresas de la provincia y pronto encontré una que me convenció. Se trataba de www.gadeslimp.com, una empresa de limpieza que ofrecía un servicio de calidad con los mejores profesionales y medios técnicos.
Cuando comenzaron a trabajar con nosotros, la redacción dio un vuelco radical en cuento a limpieza e higiene. De repente, el suelo estaba limpio, las estanterías ordenadas y las papeleras vaciadas. Muchos de nuestros empleados me felicitaron por haber devuelto la salubridad al lugar y yo mismo pude observar que se encontraban mejor, que no estaban tan agobiados, que habían ganado en comodidad y que por tanto venir al trabajo ya no era un suplicio como lo había sido antes.
Un entendimiento pleno
Recuerdo que cuando contacté con Gadeslimp para contratarles, me comentaron que no tendrían ningún problema en prestar el servicio de limpieza para nuestra redacción pero que estaban teniendo problemas con otras empresas para cobrar. Leí entonces un artículo de la CEOE en el que se decía que las empresas de limpieza tenían que esperar hasta un total de ocho meses para poder cobrar por sus trabajos, lo cual, además de injusto, resulta negativo para que haya un entendimiento entre el servicio de limpieza y la empresa que contrata dicho servicio.
Lo que yo buscaba al contratarles era mejorar el aspecto de la redacción y aliviar ese ambiente cargado y cansino que sufrían mis empleados y que les impedía trabajar en unas condiciones decentes. Evidentemente, no se puede pensar en no pagar porque, además de que excede los límites de la justicia, hubiese resultado muy negativo para mantener el fantástico ambiente que se había conseguido crear después de la marcha del antiguo director.
Nunca hemos tenido ni un solo problema entre este servicio de limpieza y el periódico, por lo que existe un entendimiento y una camaradería plenos.