Cuando mi única y adorada nieta Lena, de 18 años, obtuvo su bachillerato con mención “sobresaliente” y su permiso de conducir a la primera, pensé que tales resultados se merecían un buen e inolvidable regalo, y enseguida mi vino a la mente la idea de comprarle un coche. El problema es que ella residía, desde la separación de sus padres, con su madre en Francia y su padre y yo en España… Sin embargo, al comentárselo a mi hijo, éste me dijo que este tipo de empresas de transporte de vehículos por carretera, la que yo os recomiendo está ubicada en Villar del Olmo (Madrid) y está especializada en el transporte nacional e internacional a la que él –al ser asesor jurídico y fiscal– había a veces ofertado su saber hacer y profesionalidad, podía ser quizá la solución a esta pequeña dificultad puesto que ésta ofrecía tanto sus servicios para pymes, autónomos y grandes empresas como para particulares.
Me pareció en efecto una estupendísima idea, ¡y todavía más cuando supe que también estaba especializada en el transporte internacional de vehículos de importación desde países como Holanda, Alemania y Bélgica! Además, la empresa se encargaba de recoger el vehículo, de cumplimentar la documentación para el envío y de entregar el coche en perfectas condiciones a su lugar de destino. No me lo pensé más y contacté dicha empresa para obtener mayor información y precios.
Siempre he sentido auténtica pasión por los Mercedes-Benz Cabriolet
Vosotros no sé, pero en lo que se refiere a mí siempre he sentido auténtica pasión por los Cabriolet, sobre todo por los de la marca Mercedes. Con lo cual… Nieta, sólo tenía una, y dinero no es que me sobrara pero tenía algo ahorrado y gastar parte del peculio para este tipo de ocasión me pareció una buena idea. Con ello, me había enterado de que acababa de salir al mercado el modelo Mercedes Clase E 2016 cuyo diseño me encantó. Era moderno y a la vez familiar, con sus dos rejillas diferentes que estarían disponibles desde el nivel de entrada: una parrilla tradicional con el emblema de la estrella en el capó y otra de dos barras con un gran emblema de Mercedes como protagonista.
En cuanto al interior, éste recurría como de costumbre a materiales de máxima calidad y contaba además con un diseño más moderno que recordaba al de la Clase S. Constaba asimismo de molduras de madera y de un nuevo volante con botones de control sensibles al tacto que respondían a los movimientos horizontales y verticales. ¡Una pasada! Mirando las fotos de tal maravilla, no podía parar de pensar en lo contenta que se pondría mi nieta al recibir semejante regalo y lo bien que le “quedaría” este tipo de coche.
Debo especificar que Lena, además de ser lista y guapísima, es una chica sumamente deportista. Pues, tiene un cuerpo de lo más hermoso y atlético, lo cual es normal ya que jugó durante años al baloncesto (mide 183 centímetros) hasta que emigró al país galo con su madre. Monta además a caballo desde los 8 años y le encanta la natación, deporte al que se dedica dos veces a la semana, y casi todos los días en verano cuando pasa sus vacaciones en casa de su padre en la que hay una piscina. ¡Entonces ya me diréis! ¡Una mujer joven estupenda con un cuerpo sano y una mente sana! Estoy tan orgulloso de mi nieta que seguramente canso a la gente hablando así y tanto de ella, pero no lo puedo remediar…
En fin, el hecho es que ya le he comprado el famoso Mercedes Clase E 2016 que tanto me gustó y enamoró. Así pues, dentro de un mes la empresa madrileña Transportes Cars se encargará de recogerlo en Bélgica (donde los precios y trámites son, según lo que he oído decir, más baratos que en España) y de llevárselo a Francia. ¡Cuánto daría yo para ver la expresión de su semblante al recibir semejante regalo! Pero lo digo y lo vuelvo a repetir: con tales resultados, mi nieta Lena se merece lo mejor, y lo mejor en este caso preciso es sin lugar a duda un coche.