Todavía recuerdo aquellos tiempos en los que subir una foto a las redes sociales era algo banal, algo que no requería de mayor preocupación más que hacer una foto y subirla a Facebook, o Tuenti (las redes con las que crecieron la mayoría de los miembros de la generación Y, y parte de la Z)
En aquellos tiempos, las redes sociales no estaban tan avanzadas como ahora, y mucho menos estaban tan “profesionalizadas” como ahora. No importaba tanto el aspecto físico con el que alguien apareciera, lo que importaba era compartir ese momento en el que estabas en grupo, o en el que habías salido mal en una foto echa con las cámaras de los móviles de aquel entonces.
Si tomamos esto como punto de partida, es increíble ver cómo las redes sociales han crecido. Existe una gran diversidad de redes sociales, e incluso las aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram incluyen funciones que conecta con funciones de las redes sociales. Y dentro de esta diversidad destaca el formato vertical en el que aplicaciones, como Tik Tok, Instagram o los videos en IRL de Twitch o Kick, han hecho que tener una buena cámara frontal sea imprescindible
Esta exposición desmesurada a las redes sociales, unido por la necesidad de muchas personas por estar todo el rato pendiente de lo que está pasando por miedo a perderse algo (también conocido como FOMO) ha hecho que la autoconfianza de muchas personas se haya visto comprometida, porque no se identifican con el aspecto físico que aparece en las redes sociales.
En este artículo vamos a hablar precisamente sobre la relación de la seguridad en relación con el aspecto físico.
El aspecto físico tiene una relación directa con la seguridad en uno mismo
Nuestro aspecto físico nos define, no solo en las redes sociales, si no en el mundo real. Es lo primero que ve la gente, y sobre el mismo se recibe una primera impresión que, en muchos casos, puede ser determinante para obtener un puesto de trabajo en un procedimiento de selección o para caer bien a alguien.
Anteriormente nos fijábamos en las revistas para conocer las diferentes tendencias en moda, y lo que se llevaba era lo que la famosa de turno llevaba puesto, o lo que “la Beckham” se había puesto. Pero ahora, las redes sociales nos bombardean con trends, retos, y estilos de forma continua. Lo que hace que nos comparemos, y fruto de esa comparación surge muchas veces un sentimiento de decepción por no parecernos a lo que se muestra.
No podemos copiar todas las modas que aparecen en las redes sociales, pero si que podemos controlar nuestro aspecto físico. Esta afirmación es muy importante, ya que hay que pensar que las redes sociales muestran unas imágenes que no siempre coinciden con la realidad, y se busca en multitud de ocasiones generar un sentimiento que te impulse a comprar algo.
Controlar nuestro aspecto físico, y ser conscientes de como somos con nuestros virtudes y defectos es esencial para que no nos afecte el bombardeo constante de información de las redes sociales. Y en este sentido, nuestro aspecto físico no solo se limita a la ropa que nos ponemos, además incluye aspectos como nuestro rostro.
En los últimos años se ha avanzado mucho en técnicas estéticas no invasivas que nos permiten mejorar nuestra apariencia física sin mucho trabajo. Hemos preguntado a los profesionales del Centro de Estética Linaje, que están ubicados en el céntrico barrio de Arguelles en Madrid, para que según su dilatada experiencia nos comenten qué tratamientos podemos utilizar para mejorar nuestro aspecto físico, y por tanto nuestra seguridad en nosotros mismos.
Según nos comentan, la expresión del rostro se define por como lucen nuestras facciones, y para mejorarlas lo mejor es realzar nuestros ojos y mejorar la apariencia de nuestro cutis. Para ello, existen técnicas como el microblading, una técnica semipermanente que corrige o reconstruye una ceja con poco vello creando efectos naturales.
Los expertos nos aconsejan que para mejorar nuestro cutis podemos empezar con una limpieza facial profunda en la que eliminamos imperfecciones y exfoliamos para tener un aspecto ideal. Además, en el caso de que tengas manchas en la piel, se pueden incluir tratamientos anti manchas que mejoran el aspecto de nuestro cutis.
Y para rematar un buen tratamiento, siempre podemos poner la guinda a una buena sesión de cuidado personal con una sesión de presoterapia. La presoterapia es una técnica muy novedosa que está centrada en la relajación muscular a través de la presión que produce un traje con cámaras de aire que va aplicando presión en las diferentes partes del cuerpo. Esto nos hará estar más descargados a nivel muscular, y también estimular la circulación, y reducir la retención de líquidos, entre otros efectos beneficiosos.
¿Nuestro aspecto físico como primera prioridad?
Con todo, ¿debemos de centrarnos al máximo en cómo mejorar nuestro aspecto físico? La respuesta es negativa, pues nuestro aspecto físico es solo una parte de nuestra salud general. Una gran parte de nuestra salud está en cómo nos sentimos psicológicamente, y en este sentido un buen tratamiento de estética puede ayudarte a relajarte y a sentirte mejor, pero no hay que descuidar que quizás necesites una consulta con un psicólogo para ver si hay algún otro lugar en el que necesites mejorar, o tienes un trauma que hay que tratar.
En cualquier caso, lo que está claro es que hay que llevar una vida equilibrada, y nuestro aspecto físico es una parte que puede reflejar que estamos seguros de nosotros mismos, pero no hay que descuidar otros aspectos como nuestro estado de forma física o mental.