Los estudios de interiorismo están diseñados para mejorar la calidad y funcionalidad de las viviendas, brindando soluciones creativas y prácticas para optimizar el espacio, armonizar los elementos decorativos y garantizar que el hogar refleje la personalidad y necesidades de quienes lo habitan. Uno de los principales beneficios de contar con un estudio de interiorismo es que estos profesionales combinan su conocimiento técnico y estético para transformar un espacio en algo mucho más eficiente y placentero.
En primer lugar, el interiorismo no se limita a la mera decoración ya que los estudios de interiorismo tienen un enfoque holístico, considerando factores como la distribución de espacios, la iluminación, la ergonomía y los materiales más adecuados para cada ambiente. Por ejemplo, pueden reconfigurar una vivienda con una mala distribución para mejorar la circulación y funcionalidad y esto no solo hace que el espacio sea más práctico, sino que también contribuye a un mejor bienestar psicológico y emocional de las personas que viven allí. Un espacio bien diseñado promueve una sensación de orden, confort y armonía, lo que puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y la calidad de vida.
Además, un estudio de interiorismo está a tu servicio para ayudar a personalizar tu vivienda según tus gustos y necesidades particulares. Aunque muchas veces los propietarios tienen una idea general de cómo quieren que se vea su hogar, es común que no tengan el conocimiento técnico o la experiencia para plasmar esas ideas de manera efectiva. Aquí es donde entra en juego el interiorista, que no solo entiende las tendencias y estilos, sino que también sabe cómo adaptarlos a cada persona, manteniendo un equilibrio entre funcionalidad y estética. Ya sea que te inclines por un estilo minimalista, rústico o contemporáneo, los diseñadores de interiores pueden ayudarte a crear un entorno que refleje tu identidad.
Otro aspecto importante es que los estudios de interiorismo también tienen en cuenta el aprovechamiento eficiente del espacio y los recursos. Sin ir más lejos, en viviendas pequeñas, por ejemplo, los interioristas pueden emplear técnicas como muebles multifuncionales o soluciones de almacenamiento creativas para maximizar cada centímetro disponible. En viviendas más grandes, pueden ayudar a crear espacios acogedores y bien delimitados, evitando que la amplitud genere frialdad o desorden. Además, conocen las últimas innovaciones en materiales sostenibles y tecnologías que pueden integrarse en el diseño para hacer una vivienda más ecológica y eficiente energéticamente, lo que no solo contribuye a la preservación del medio ambiente, sino que también puede generar un ahorro significativo en el consumo de energía.
Los estudios de interiorismo también pueden ser aliados en la planificación de remodelaciones o reformas, tal y como nos explica Sebastián Bayona, quien, desde su estudio Bayeltecnics nos recuerda que, al contratar a un profesional desde el principio del proyecto, es posible evitar errores costosos y garantizar que cada detalle esté bien pensado. A menudo, las reformas mal planificadas resultan en espacios descoordinados o no funcionales, lo que puede llevar a frustración y gastos innecesarios. Un interiorista se asegura de que cada cambio en la vivienda tenga un propósito claro, ya sea mejorar la funcionalidad o añadir valor estético. Además, estos profesionales suelen tener una red de contactos con proveedores de materiales y mobiliario, lo que puede facilitar el acceso a productos de calidad y acelerar el proceso de transformación de la vivienda.
En cuanto al impacto emocional, el interiorismo puede tener un efecto profundo en cómo nos sentimos en nuestros hogares. Un espacio mal diseñado puede generar estrés y malestar, mientras que un entorno bien planificado y decorado puede fomentar la relajación y el bienestar. Los estudios de interiorismo se encargan de crear ambientes que favorezcan el descanso en áreas como dormitorios, que inviten a la convivencia en espacios como la sala de estar, y que sean inspiradores en zonas como oficinas o estudios dentro de la casa.
Finalmente, es importante destacar que trabajar con un estudio de interiorismo también puede ser una inversión inteligente desde el punto de vista financiero. Un buen diseño interior puede aumentar el valor de una propiedad, ya que los compradores suelen estar más dispuestos a pagar por un hogar que esté bien distribuido y decorado. Además, los interioristas tienen acceso a recursos y conocimientos que pueden optimizar el presupuesto disponible, logrando un resultado que combine calidad, estilo y durabilidad.
¿Es caro contar con un diseñador de interiores?
El coste de contratar un diseñador de interiores en nuestro país varía ampliamente dependiendo de factores como la experiencia del profesional, la complejidad del proyecto y la ubicación geográfica. Por lo general, los honorarios de un interiorista se estructuran de diferentes formas, como tarifas por hora, por metro cuadrado, o un porcentaje sobre el coste total del proyecto.
En proyectos de gama media, el precio por metro cuadrado puede oscilar entre los 50 y los 200 euros, dependiendo de la complejidad del trabajo y los materiales empleados, mientras que, para proyectos más ambiciosos, este precio puede aumentar considerablemente. También es común que algunos estudios cobren un porcentaje sobre el coste total, que suele situarse entre el 10 y el 15% del presupuesto de ejecución.
Por otro lado, para proyectos más específicos o en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, los precios tienden a ser más elevados debido al mayor coste de vida y la demanda de estos servicios en esas áreas. Además, si el proyecto requiere de cambios estructurales o una gestión integral de obra, los costes pueden superar los 50.000 euros en proyectos de alto nivel.