Llevamos prácticamente dos meses de verano, la estación del año preferida por unos y muy odiada por otros. Pongámonos en la piel de unos y de otros. En primer lugar, hay quien adora el verano porque es sinónimo de vacaciones, de sol, de playa. En definitiva, sinónimo de buen clima y buen ambiente. Por otro lado, hay personas a las que la llegada del verano no les hace ningún bien, ya sea por un aumento del cansancio físico debido al calor, por ser incapaces de soportar las altas temperaturas o, como cada vez es más común, por las alergias que se producen derivadas del momento del año en el que nos encontramos.